Cáncer de Pulmón

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en España y el cuarto más diagnosticado en la población general. El cáncer de pulmón no microcítico es el tipo más frecuente de cáncer de pulmón y representa la mayoría de los casos diagnosticados.

Existen dos categorías principales de cáncer de pulmón primario:

  • Cáncer de pulmón no microcítico
  • Cáncer de pulmón microcítico

A veces, el cáncer se disemina hasta los pulmones desde otra parte del cuerpo, lo que se conoce como metástasis pulmonar o cáncer de pulmón secundario.

En otros casos, una persona puede desarrollar un tipo de cáncer que se origina directamente en los pulmones. Por ejemplo, los tumores neuroendocrinos son una forma poco común de cáncer que, en ciertas ocasiones, comienza en el tejido pulmonar.

El cáncer de pulmón puede no presentar síntomas en sus etapas iniciales. En algunos casos, se detecta de manera incidental cuando una persona se somete a pruebas médicas por otra afección.

Síntomas frecuentes del cáncer de pulmón

Entre los síntomas que pueden estar asociados al cáncer de pulmón se incluyen:

  • Tos persistente durante 3 semanas o más.
  • Cambios en una tos crónica preexistente.
  • Infección pulmonar que no mejora o infecciones respiratorias recurrentes.
  • Sensación de falta de aire y pitidos al respirar sin causa aparente.
  • Presencia sangre al toser.
  • Dolor en el pecho o el hombro que no desaparece.
  • Ronquera persistente durante más de 3 semanas.

Otros síntomas posibles

Algunas personas con cáncer de pulmón también pueden experimentar:

  • Pérdida del apetito.
  • Pérdida de peso sin una causa evidente.
  • Fatiga constante.

Si presentas alguno de estos síntomas, es fundamental acudir a un profesional sanitario para una evaluación.

Es importante destacar que muchas de estas manifestaciones pueden estar relacionadas con otras enfermedades pulmonares o ser consecuencia del tabaquismo.

Síntomas menos comunes del cáncer de pulmón

Algunos signos menos frecuentes pueden incluir:

  • Engrosamiento o curvatura anormal de las puntas de los dedos, conocido como acropaquia digital.
  • Dolor en el hombro que se extiende hacia el brazo.

En casos más avanzados, el cáncer de pulmón puede provocar otras afecciones con síntomas específicos.

Entendemos que notar cualquier signo asociado al cáncer puede generar preocupación. Lo más importante es consultar con un profesional sanitario lo antes posible para obtener un diagnóstico adecuado.

Existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Tener uno o varios de estos factores no significa que necesariamente se desarrollará la enfermedad, al igual que no tenerlos no garantiza estar libre de riesgo.

Tabaquismo

Fumar tabaco es la principal causa del cáncer de pulmón y el mayor factor de riesgo asociado a esta enfermedad. Esto incluye el consumo de cigarrillos, puros y pipas. Cuanto más tiempo y cantidad se fume, mayor será el riesgo.

En España, aproximadamente el 85-90% de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican en personas fumadoras o exfumadoras. Además, empezar a fumar a edades tempranas incrementa significativamente el riesgo.

Dejar de fumar reduce progresivamente la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón. Tras 12 años sin fumar, el riesgo se reduce en torno a un 70% en comparación con quienes continúan fumando. Después de 15 años de abstinencia, el riesgo es casi el mismo que el de una persona que nunca ha fumado.

Aunque el cáncer de pulmón es mucho menos frecuente en personas que nunca han fumado, también pueden desarrollarlo. Se estima que aproximadamente el 10% de los casos de cáncer de pulmón en España ocurren en personas que nunca han fumado.

Tabaquismo pasivo

La inhalación involuntaria del humo del tabaco de otras personas, conocida como tabaquismo pasivo o exposición al humo de segunda mano, puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Aunque el riesgo es significativamente menor que el de los fumadores activos, sigue siendo una causa importante. En España, la legislación prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y en el entorno laboral, lo que ha reducido la exposición al humo.

Edad

El cáncer de pulmón es más frecuente en personas mayores. En España, la mayoría de los diagnósticos se realizan en personas mayores de 65 años, siendo menos común en personas jóvenes y raro en menores de 40 años.

Asbesto (Amianto)

El asbesto es un material que se utilizó ampliamente en la construcción y la industria hasta su prohibición en España en 2002. La exposición prolongada o cercana a fibras de asbesto aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, especialmente en personas fumadoras.

Además, el contacto con asbesto incrementa el riesgo de desarrollar mesotelioma, un tipo de cáncer que afecta la pleura, la membrana que recubre los pulmones. En España, existen programas de compensación para trabajadores afectados por enfermedades relacionadas con la exposición al amianto.

Gas radón

En algunas regiones de España, especialmente en zonas con suelos graníticos como Galicia y Castilla y León, el gas radón puede filtrarse desde el subsuelo hasta las viviendas. La exposición prolongada a altos niveles de radón puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente en personas fumadoras.

Contaminación del aire

Estudios recientes han demostrado que la contaminación ambiental puede influir en el desarrollo del cáncer de pulmón. La calidad del aire y la cantidad de contaminación a la que una persona está expuesta juegan un papel importante, aunque el riesgo sigue siendo menor en comparación con el del tabaco.

Sustancias químicas y exposición laboral

En algunos casos, el contacto prolongado con ciertas sustancias químicas en el entorno laboral puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Entre ellas se encuentran:

  • Asbesto (amianto)
  • Sílice
  • Arsénico
  • Radiación
  • Gases diésel

Las personas que trabajan en industrias como la construcción o la minería pueden estar expuestas a estas sustancias.

Tratamientos previos contra el cáncer

Las personas que han recibido radioterapia en la zona del tórax para tratar ciertos tipos de cáncer, como linfoma o cáncer testicular metastásico, pueden tener un ligero aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Este riesgo es mayor en personas que también fuman. Sin embargo, los beneficios del tratamiento superan con creces este riesgo, especialmente en casos de cánceres curables.

Sistema inmunológico debilitado

Las personas con un sistema inmunológico debilitado pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Esto puede ocurrir en personas que:

  • Tienen VIH o SIDA.
  • Reciben medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órgano.

Antecedentes familiares

Tener un familiar cercano con cáncer de pulmón, como un padre o un hermano, puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad. El riesgo es mayor si el diagnóstico ocurrió a una edad temprana.

Aún no se sabe con certeza si esta predisposición se debe a factores genéticos heredados o a la exposición a los mismos factores de riesgo, como el tabaquismo.

Si te preocupa el riesgo de cáncer de pulmón en tu familia, es recomendable hablar con un médico para evaluar tu situación y recibir asesoramiento adecuado.

El cáncer de pulmón suele detectarse cuando una persona acude a los servicios sanitarios por síntomas preocupantes. Si el médico considera que los síntomas podrían estar relacionados con el cáncer de pulmón, solicitará pruebas para confirmar el diagnóstico. Estas pueden incluir:

Si los resultados muestran alguna anomalía, el médico derivará al paciente a un especialista en enfermedades respiratorias. En España, los tiempos de derivación pueden variar según la comunidad autónoma, pero en casos sospechosos se intenta realizar en un plazo corto para agilizar el diagnóstico.

En el hospital, el especialista evaluará la situación y explicará qué otras pruebas son necesarias. Entre ellas, pueden solicitarse:

Tomografía por emisión de positrones (PET-TAC)

La PET-TC es una prueba de diagnóstico por imagen que combina dos tipos de escáneres:

  • Tomografía computarizada (TC): Obtiene imágenes detalladas del interior del cuerpo mediante radiografías para crear una imagen tridimensional.
  • Tomografía por emisión de positrones (PET): Mide la actividad metabólica de las células en el organismo, lo que ayuda a detectar áreas con un crecimiento celular anormal, como el cáncer.

Esta prueba es útil para evaluar la extensión del cáncer de pulmón y planificar el tratamiento más adecuado.

Biopsia

La biopsia consiste en la extracción de una pequeña muestra de células o tejido del área sospechosa para su análisis bajo el microscopio. Es la única manera de confirmar con certeza la presencia de cáncer de pulmón.

Existen diferentes métodos para obtener una biopsia, dependiendo de la localización del tumor:

Se introduce un tubo delgado con una cámara (broncoscopio) a través de la nariz o la boca hasta los pulmones para tomar la muestra.

Se utiliza una tomografía computarizada para guiar la extracción de tejido con una aguja.

Se introduce una aguja fina a través del tórax para extraer la muestra directamente del pulmón.

Se emplea un broncoscopio con ecografía para obtener muestras de los ganglios linfáticos cercanos a los pulmones.

Similar a la EBUS, pero el tubo se introduce a través del esófago para tomar muestras de estructuras cercanas.

Si hay ganglios linfáticos inflamados en el cuello, se pueden analizar mediante una punción con aguja fina.

Cada tipo de biopsia se elige según la ubicación del tumor y la situación del paciente.

Pruebas adicionales para el cáncer de pulmón

Si las pruebas iniciales confirman la presencia de cáncer de pulmón, el especialista solicitará estudios adicionales para determinar la extensión del cáncer (estadificación) y planificar el tratamiento más adecuado.

Entre las pruebas que pueden realizarse están:

Esta prueba se realiza en algunos casos en lugar de la EBUS o EUS. Permite al médico observar la zona central del tórax (mediastino) y los ganglios linfáticos cercanos. Se realiza bajo anestesia general y suele requerir una pequeña incisión en el cuello para introducir un tubo con una cámara.

La toracoscopia permite al especialista examinar la pleura, la membrana que recubre los pulmones. Se realiza bajo anestesia general y puede utilizarse tanto para el diagnóstico como para tomar muestras de tejido (biopsia).

La resonancia magnética (RM) emplea un campo magnético y ondas de radio para generar imágenes detalladas de diferentes partes del cuerpo. Se usa en casos específicos para evaluar la posible diseminación del cáncer a otras áreas.

Si el tratamiento incluye cirugía o radioterapia, el médico solicitará pruebas de función pulmonar para evaluar la capacidad respiratoria del paciente. Estas pruebas ayudan a determinar si los pulmones podrán soportar ciertos tratamientos.

En algunos casos, también se realizan estudios para evaluar el funcionamiento del corazón, especialmente si el paciente tiene antecedentes cardíacos y va a someterse a cirugía o radioterapia.

La estadificación del cáncer de pulmón describe el tamaño y la ubicación del tumor, así como si se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Conocer el estadio del cáncer es fundamental para que los médicos puedan recomendar el tratamiento más adecuado.

Se emplea un sistema numérico del 1 al 4:

La estadificación se basa en:

  • El tamaño del tumor.
  • Si el cáncer ha invadido zonas cercanas del pulmón o estructuras externas.
  • Si el cáncer está presente en los ganglios linfáticos cercanos o más distantes.
  • Si el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo.
  • Si el pulmón ha colapsado parcial o completamente.

Estadios del cáncer de pulmón

  • El tumor mide hasta 4 cm.
  • No se ha extendido fuera del pulmón ni a los ganglios linfáticos.
  • Se considera cáncer de pulmón localizado o en etapa temprana.
  • El tumor puede tener distintos tamaños.
  • Puede haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos, otras partes del pulmón o zonas cercanas fuera del pulmón.
  • Puede ser de cualquier tamaño y suele haber afectación de los ganglios linfáticos.
  • Puede estar invadiendo otras áreas del pulmón, las vías respiratorias o estructuras cercanas.
  • Puede haber alcanzado tejidos más alejados dentro del tórax, pero aún no se ha propagado a otras partes del cuerpo.
  • Se considera cáncer de pulmón localmente avanzado.
  • Puede ser de cualquier tamaño.
  • Puede haberse extendido a los ganglios linfáticos y, además, presentar una o más de las siguientes características:
    • Se ha diseminado al otro pulmón.
    • Hay células cancerosas en el líquido pleural o en el líquido alrededor del corazón.
    • Se ha propagado a otros órganos como el hígado, los huesos o el cerebro.
  • Se considera cáncer de pulmón metastásico o secundario.

Estadificación del cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP)

El cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) tiende a propagarse rápidamente, por lo que los médicos suelen clasificarlo en dos categorías:

  • Estadio limitado: El cáncer está presente en un solo pulmón y puede haberse extendido a los ganglios linfáticos cercanos.
  • Estadio extenso: El cáncer ha invadido estructuras fuera del pulmón, la cavidad torácica o se ha propagado a otras partes del cuerpo.

El tratamiento del cáncer de pulmón puede incluir:

Cirugía

Si tienes cáncer de pulmón no microcítico, es posible que el tumor pueda ser extirpado mediante cirugía. El tipo de operación dependerá del estadio y la localización del cáncer.

Sin embargo, la cirugía no siempre es una opción adecuada. Algunas personas pueden no ser candidatas debido a otras condiciones de salud que podrían hacer que la intervención quirúrgica sea alto riesgo o difícil de tolerar.

En el caso del cáncer de pulmón microcítico, la cirugía rara vez se usa, a menos que el tumor sea muy pequeño y no se haya diseminado fuera del pulmón. Para este tipo de cáncer, suelen recomendarse otros tratamientos más efectivos, como la quimioterapia o la radioterapia, ya sea por separado o combinadas (quimiorradioterapia).

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza fármacos citotóxicos para destruir las células cancerosas. Se emplea en ambos tipos de cáncer de pulmón:

  • Cáncer de Pulmón microcítico: La quimioterapia suele ser el tratamiento principal.
  • Cáncer de Pulmón no microcítico: Puede administrarse antes o después de la cirugía para reducir el tumor o eliminar células cancerosas remanentes.

En ambos casos, la quimioterapia puede combinarse con radioterapia (quimiorradioterapia) para potenciar su efectividad. También puede administrarse junto con terapias dirigidas o inmunoterapia, o de forma independiente, para controlar el cáncer y aliviar síntomas.

Radioterapia

La radioterapia utiliza rayos X de alta energía para tratar el cáncer de pulmón y se puede aplicar en ambos tipos de cáncer:

  • Como alternativa a la cirugía para tratar el Cáncer de pulmón no microcítico en etapa temprana, con intención curativa.
  • En combinación con quimioterapia (quimiorradioterapia) en casos de Cáncer de pulmón no microcítico y Cáncer de pulmón microcítico.
  • En el cerebro, para prevenir o tratar metástasis cerebrales en pacientes con Cáncer de pulmón microcítico.
  • Para aliviar síntomas, si el cáncer está avanzado o se ha diseminado a otros órganos (radioterapia paliativa).

Este tratamiento se adapta según la etapa de la enfermedad y las necesidades individuales de cada paciente.

Terapias dirigidas e inmunoterapia

Los fármacos de terapia dirigida y la inmunoterapia se utilizan con frecuencia para tratar el cáncer de pulmón no microcítico avanzado.

  • Inmunoterapia: Puede administrarse para reducir el riesgo de recaída del cáncer de pulmón después de la quimiorradioterapia. Actúa estimulando el sistema inmunológico para que ataque las células cancerosas.
  • Terapia dirigida: Enfocada en mutaciones o alteraciones genéticas específicas presentes en las células tumorales, bloqueando su crecimiento y propagación.

Actualmente, están desarrollando nuevos fármacos tanto de inmunoterapia como de terapia dirigida, lo que amplía las opciones de tratamiento.

Para determinar si estos tratamientos son adecuados para ti, se realizan pruebas especializadas en las células cancerosas, analizando su perfil genético y molecular.

En muchos casos, se utiliza una combinación de tratamientos. Algunas personas reciben distintos tratamientos de manera secuencial para controlar mejor la enfermedad.

Factores que determinan el tratamiento

El tipo de tratamiento recomendado dependerá de:

  • El estadio del cáncer.
  • El tipo de cáncer de pulmón. El cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP) y el cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP) tienen enfoques terapéuticos diferentes.
  • El estado general de salud del paciente.

El equipo médico, compuesto por el oncólogo y el personal especializado, te involucrará en las decisiones sobre el tratamiento. Podrás discutir las opciones disponibles y recibir apoyo en caso de dudas o decisiones difíciles.

Tratamientos innovadores

Se están desarrollando nuevas terapias para el cáncer de pulmón. Tu médico puede hablarte sobre la posibilidad de participar en un ensayo clínico, en el que se prueban tratamientos innovadores para mejorar la eficacia y calidad de vida de los pacientes.

Tratamientos de ablación tumoral

Los tratamientos de ablación tumoral destruyen las células cancerosas mediante calor, microondas o luz láser.

Estos tratamientos pueden utilizarse en casos específicos de cáncer de pulmón y también para desbloquear las vías respiratorias cuando el tumor está obstruyendo el paso del aire, ayudando a aliviar la dificultad para respirar (disnea).

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