Cáncer de Páncreas

El cáncer de páncreas es uno de los tipos de cáncer más agresivos y difíciles de detectar en fases tempranas. En España, su incidencia ha aumentado en los últimos años, convirtiéndose en una preocupación creciente para los profesionales sanitarios. Reconocer los síntomas a tiempo y conocer las opciones de diagnóstico y tratamiento es clave para mejorar el pronóstico de los pacientes.

El cáncer de páncreas es un tipo de cáncer que se origina en el páncreas, un órgano fundamental del sistema digestivo. El páncreas produce enzimas que ayudan a digerir los alimentos y también hormonas, como la insulina, que regulan los niveles de azúcar en sangre.

En España, se diagnostican cada año alrededor de 8.500 nuevos casos de cáncer de páncreas, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Aunque no es uno de los cánceres más comunes, su detección suele ser tardía, lo que lo convierte en una de las formas más letales de esta enfermedad.

Existen varios tipos de cáncer de páncreas, clasificados según:

  • La zona del páncreas donde se origina: en aproximadamente 6 de cada 10 casos, el cáncer comienza en la cabeza del páncreas.
  • El tipo de célula afectada: el cáncer puede desarrollarse a partir de distintos tipos celulares presentes en el órgano.

La mayoría de los cánceres de páncreas comienzan en las células exocrinas, responsables de producir los jugos pancreáticos que ayudan a la digestión. Estos son los tipos más comunes y agresivos.

Además, existen otros tumores menos frecuentes que también pueden aparecer en el páncreas, como:

  • Tumores neuroendocrinos pancreáticos: se desarrollan en las células encargadas de producir hormonas.
  • Linfomas: cánceres del sistema linfático que, en raras ocasiones, pueden iniciarse en el páncreas.
  • Sarcomas: tumores poco comunes que se originan en los tejidos conectivos del órgano.

Conocer los diferentes tipos de cáncer de páncreas es fundamental para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

El cáncer de páncreas no suele presentar síntomas en sus fases iniciales, lo que dificulta su detección temprana. Algunas personas pueden experimentar solo un síntoma, mientras que otras pueden presentar varios signos a la vez.

Entre los síntomas más frecuentes del cáncer de páncreas se encuentran:

  • Dolor o molestias en la parte superior del abdomen, que a veces se irradian hacia la espalda.
  • Ictericia, que incluye señales como el color amarillento de la piel y de la parte blanca de los ojos, picor en la piel, orina oscura o heces claras, malolientes y difíciles de eliminar (esteatorrea).
  • Pérdida de peso inexplicable y sin causa aparente.

Es importante destacar que la mayoría de las personas con estos síntomas no tienen cáncer de páncreas, ya que pueden deberse a otras afecciones más comunes, como cálculos biliares o problemas hepáticos. Sin embargo, si experimentas alguno de estos signos, es fundamental acudir al médico para una evaluación adecuada.

Actualmente, los médicos no conocen con exactitud qué causa el cáncer de páncreas, pero sí se han identificado ciertos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo.

Por ejemplo, la edad es un factor relevante: la mayoría de los casos de cáncer de páncreas se diagnostican en personas de 65 años o más.

Otros factores de riesgo del cáncer de páncreas:

  • Fumar o consumir tabaco en cualquiera de sus formas: el tabaquismo es uno de los factores de riesgo más importantes.
  • Consumo excesivo y regular de alcohol: puede dañar el páncreas y favorecer el desarrollo de enfermedades crónicas que aumentan el riesgo de cáncer.
  • Antecedentes personales de cáncer: haber tenido otro tipo de cáncer anteriormente puede elevar el riesgo.

Existen también otros factores que se están estudiando, como la obesidad, la diabetes de larga evolución y ciertos antecedentes familiares. Aunque no todos estos factores causan directamente el cáncer, sí pueden contribuir a su aparición.

Comprender los factores de riesgo, junto con una buena atención a los síntomas del cáncer de páncreas, es clave para la prevención y la detección temprana.

Si presentas síntomas de cáncer de páncreas, lo habitual es acudir primero a tu médico de atención primaria. Si el médico sospecha que los síntomas pueden estar relacionados con un cáncer, te derivará al hospital para realizar pruebas especializadas. En personas mayores de 60 años, esta derivación puede hacerse de forma preferente y urgente.

Se pueden solicitar pruebas de imagen urgentes, como una ecografía abdominal o un escáner (TAC), para detectar posibles alteraciones en el páncreas.

Algunas personas reciben el diagnóstico de cáncer de páncreas tras ingresar en el hospital debido a que un síntoma —como el dolor, la pérdida de peso o la ictericia— se agrava.

Una vez en el hospital, recibirás atención médica especializada y se realizarán diversas pruebas diagnósticas para confirmar el diagnóstico. Los profesionales sanitarios combinan los resultados de estas pruebas con tu historial médico y los síntomas para obtener un diagnóstico preciso.

Si se confirma el cáncer de páncreas, se pueden solicitar pruebas adicionales para:

  • Determinar el tamaño y localización exacta del tumor
  • Comprobar si el cáncer se ha diseminado a otros órganos

Algunas de las pruebas que pueden realizarte incluyen:

Como parte del proceso de diagnóstico del cáncer de páncreas, es habitual realizar análisis de sangre para evaluar el estado general de salud y detectar posibles alteraciones relacionadas con la enfermedad.

Análisis generales

Estos análisis permiten comprobar el funcionamiento de órganos clave como el hígado y los riñones, además de ofrecer información sobre tu estado general. Es una prueba inicial importante, especialmente si presentas síntomas de cáncer de páncreas, como ictericia, fatiga o pérdida de peso.

Marcadores tumorales

También pueden solicitarte análisis específicos para medir los marcadores tumorales, que son sustancias (generalmente proteínas) que algunos tumores pancreáticos liberan en la sangre. En el caso del cáncer de páncreas, el marcador más comúnmente analizado es el CA 19-9, aunque no es exclusivo de este tipo de cáncer y no siempre está elevado en todos los pacientes.

Estos marcadores ayudan a orientar el diagnóstico, hacer seguimiento de la enfermedad y valorar la respuesta al tratamiento, pero no se utilizan como única prueba diagnóstica.

Otras pruebas complementarias

Si presentas síntomas de cáncer de páncreas como ictericia, dolor abdominal o pérdida de peso, es probable que el equipo médico solicite diversas pruebas de imagen para estudiar en detalle el páncreas y los órganos cercanos.

Estas pruebas ayudan a confirmar el diagnóstico, determinar la localización y extensión del tumor, y planificar el tratamiento más adecuado.

La ecografía utiliza ondas de sonido para crear imágenes de los órganos internos, como el páncreas, el hígado y la vesícula biliar. Es una prueba rápida y no invasiva que suele ser una de las primeras en solicitarse ante síntomas sospechosos.

El TAC toma una serie de radiografías que, combinadas, generan una imagen tridimensional del interior del cuerpo. Es muy útil para identificar la localización del tumor y evaluar si se ha extendido a otros órganos o ganglios linfáticos.

La resonancia magnética (RM) emplea campos magnéticos para crear imágenes detalladas del cuerpo. Es especialmente útil para estudiar los tejidos blandos, como el páncreas.

La Colangiorresonancia magnética es un tipo específico de resonancia magnética que permite visualizar con claridad los conductos pancreáticos y biliares, así como el hígado. Esta prueba detecta posibles obstrucciones o estrechamientos, y aunque no está disponible en todos los hospitales, es muy útil para casos complejos.

La ecografía endoscópica combina una ecografía con un endoscopio: un tubo delgado y flexible que se introduce por la boca hasta el estómago y el duodeno. Permite obtener imágenes muy precisas del páncreas y sus alrededores, así como tomar muestras de tejido (biopsias) si es necesario.

La CPRE consiste en introducir un endoscopio hasta el intestino delgado para explorar los conductos biliares y pancreáticos. También se pueden tomar muestras (biopsias) o colocar prótesis si hay obstrucciones.

El PET-TAC combina una tomografía por emisión de positrones (PET) con un TAC. Esta prueba ofrece información muy detallada sobre la actividad metabólica del tumor y es útil para detectar metástasis o valorar la extensión de la enfermedad.

Biopsia y cirugía exploratoria para diagnosticar el cáncer de páncreas

Una vez que se han identificado posibles síntomas de cáncer de páncreas y las pruebas de imagen sugieren la presencia de un tumor, los médicos pueden necesitar realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Una biopsia consiste en extraer una pequeña muestra de tejido del páncreas o de la zona afectada. Esta muestra se analiza al microscopio para determinar si contiene células cancerosas. Existen distintas formas de hacer una biopsia:

  • Durante una ecografía endoscópica (EBUS)
  • Durante una CPRE (colangio-pancreatografía retrógrada endoscópica)
  • Mediante punción guiada por TAC o ecografía

No todas las personas necesitan una biopsia. El equipo médico valorará si es necesaria en tu caso particular.

Si tras las pruebas no se ha logrado un diagnóstico claro, se puede realizar una laparoscopia, una pequeña intervención quirúrgica que permite al cirujano observar directamente el páncreas y otros órganos abdominales.

Durante esta prueba, el especialista introduce un laparoscopio (un tubo fino con una cámara) a través de una pequeña incisión en el abdomen. La intervención se realiza bajo anestesia general y puede incluir la toma de biopsias si es necesario.

En casos excepcionales, cuando la laparoscopia no es viable o no proporciona información suficiente, se puede realizar una laparotomía, que implica una incisión más grande en el abdomen para visualizar el páncreas de forma directa. Este procedimiento es menos común y suele reservarse para situaciones especiales.

Comprender en qué fase se encuentra un cáncer de páncreas es fundamental para decidir el tratamiento más adecuado. El estadio describe el tamaño del tumor y si se ha extendido a ganglios u otros órganos.

EstadioDescripciónRecomendaciones
Estadio 0(Carcinoma in situ)Células anormales en la capa más superficial del páncreas. No hay invasión. Muy raro de diagnosticar.Seguimiento o cirugía si se detecta.
Estadio 1ATumor ≤ 2 cm. Localizado en el páncreas. Sin ganglios afectados.Posible cirugía curativa.
Estadio 1BTumor entre 2 y 4 cm. Sin diseminación.Cirugía posible. Alta tasa de éxito si se detecta a tiempo.
Estadio 2ATumor ha crecido fuera del páncreas, pero sin afectar ganglios ni vasos.Posible cirugía; puede requerir tratamiento previo.
Estadio 2BAfectación de hasta 3 ganglios linfáticos cercanos.Cirugía posible con tratamiento previo (quimioterapia).
Estadio 3Tumor ha invadido vasos sanguíneos importantes y/o varios ganglios.Cirugía generalmente no viable. Tratamiento paliativo o quimio.
Estadio 4Cáncer diseminado a otros órganos (hígado, pulmones, etc.).No se puede operar. Se ofrece tratamiento paliativo.

Importante: Cerca del 79% de los síntomas de cáncer de páncreas se diagnostican en fases avanzadas (estadios 3 y 4), lo que reduce las opciones quirúrgicas.

Grado del cáncer

El grado del tumor indica qué tan anormales son las células cancerosas bajo el microscopio y su velocidad de crecimiento:

GradoDescripciónVelocidad de crecimiento
Grado 1 (bajo)Células similares a las normales. Bien diferenciadas.Lento. Menor riesgo de diseminación.
Grado 2 (intermedio)Células algo anormales. Moderadamente diferenciadas.Moderado.
Grado 3 (alto)Células muy distintas de las normales. Mal diferenciadas.Rápido. Mayor riesgo de metástasis.

Cuando se confirma el diagnóstico, un equipo multidisciplinar de especialistas se reunirá para planificar el mejor tratamiento posible para el cáncer de páncreas en tu caso.

Este equipo puede incluir oncólogos, cirujanos, gastroenterólogos, radiólogos y enfermeros. Ellos evaluarán factores clave como el estadio del cáncer, el estado general de salud y si el tumor es operable (resecable).

Tu oncólogo o enfermera te explicará:

  • Las opciones de tratamiento disponibles
  • Sus efectos secundarios
  • Qué aspectos tener en cuenta para decidir el tratamiento adecuado

Cirugía

La cirugía es la opción principal si el cáncer se detecta en fases tempranas y se considera resecable (extirpable). Puede consistir en:

  • Extirpación total o parcial del páncreas.
  • Cirugías paliativas para aliviar síntomas, como el bloqueo de los conductos biliares.

La cirugía se realiza generalmente en hospitales con unidades especializadas en cáncer pancreático.

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza fármacos citotóxicos para destruir las células cancerosas. Es uno de los tratamientos más comunes para este tipo de cáncer y se puede aplicar en diferentes fases:

  • Adyuvante: después de la cirugía, para reducir el riesgo de recaída.
  • Neoadyuvante: antes de la cirugía, para reducir el tamaño del tumor y facilitar su extirpación.
  • Paliativa: cuando no es posible operar, para controlar el crecimiento del cáncer y aliviar síntomas.

Radioterapia

La radioterapia utiliza rayos de alta energía para destruir células cancerosas. En el cáncer de páncreas se usa con menos frecuencia, pero puede ser útil en casos específicos:

  • Combinada con quimioterapia (quimiorradioterapia) antes de la cirugía.
  • Cuando el cáncer está localmente avanzado, pero no se puede operar.
  • Para aliviar el dolor o molestias en fases avanzadas.

Tratamiento sintomático y cuidados paliativos

En los casos en los que el cáncer está avanzado y no se puede extirpar, el objetivo principal es controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Esto se conoce como cuidados paliativos e incluye entre otros:

  • Manejo del dolor
  • Control de la ictericia (coloración amarilla de piel y ojos)
  • Apoyo nutricional
  • Asistencia psicológica

Ensayos clínicos y nuevos tratamientos

Actualmente, hay ensayos clínicos activos en España que investigan nuevos fármacos y terapias más eficaces para el tratamiento del cáncer de páncreas. Es posible que tu equipo sanitario te ofrezca participar en uno de ellos si cumples con los criterios.

En muchos casos, el cáncer de páncreas avanzado no se puede curar. Aun así, existen tratamientos que pueden ayudar a reducir el tamaño del tumor durante un tiempo y aliviar los síntomas. La quimioterapia y la radioterapia son las opciones más comunes para controlar el avance del cáncer y mejorar la calidad de vida del paciente. Aunque no eliminan la enfermedad, estos tratamientos pueden ser útiles para manejar molestias como el dolor abdominal, la ictericia o los problemas digestivos.

Además, en España se ofrece lo que se conoce como cuidados paliativos o cuidados de soporte. Estos cuidados no están orientados a curar el cáncer de páncreas avanzado, sino a mejorar el bienestar físico, emocional y psicológico del paciente. Incluyen el control del dolor, el apoyo nutricional, la atención psicológica y el acompañamiento a lo largo del proceso de la enfermedad, tanto para la persona afectada como para sus familiares.

Recibir un diagnóstico de cáncer de páncreas avanzado puede ser difícil de aceptar. Muchas personas sienten confusión, miedo o tristeza, y es completamente normal. Por eso es importante contar con el apoyo del equipo médico, que está preparado para responder a tus preguntas, ayudarte a entender tu situación y ofrecerte la atención más adecuada para tus necesidades.

Después del tratamiento para el cáncer de páncreas, es habitual que tengas citas de seguimiento regulares. Estas revisiones también se mantienen si estás recibiendo cuidados paliativos. Algunas de estas citas pueden ser en el hospital, mientras que otras pueden ser en tu centro de salud con tu médico de cabecera. Este sistema combinado se conoce como atención compartida.

Durante el seguimiento, es posible que te realicen análisis de sangre periódicos y pruebas específicas como el marcador tumoral CA 19-9, así como escáneres u otras pruebas de imagen. Es muy importante que informes a tu médico o enfermera lo antes posible si notas algún síntoma nuevo o cualquier molestia entre una cita y otra.

Es completamente normal sentir cierta ansiedad antes o después de las revisiones. Estos sentimientos son frecuentes en personas que han tenido cáncer de páncreas. Hablar con tu familia, amistades o un profesional puede ayudarte a gestionar estas emociones. Recuerda que no tienes que enfrentarte solo a este proceso: hay recursos y apoyo disponibles para ti.

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